últimamente que corrijo me doy cuenta que algunas veces escribo «akr» o similares en lugar de «que» o «fe» en vez de «de» por lo que si llegan a ver un error por favor me lo pueden hacer saber a través de los comentarios, o si alguna parte esta mal traducida.
Gracias.

«¡NO PUEDO SOPORTARLO MAS!» Ranta golpeó su tarro de barro en la mesa.

«Ranta…» Mogzo murmuró. «Tú vas a romperlo.»

«¡Cállate! ¡Lo tengo bajo control!» Ranta chillo. «¡¿Qué hay sobre ti, huh?! ¡¿No te molesta ella?!»

Mogzo murmuro algo sin compromiso.

«¡Admítelo! ¡Esa chica te molesta!» Ranta despotricó. «¡¿Qué diablos pasa con esa actitud?! ¡Han sido un par de días ya y ella incluso no ha intentado ir con nosotros! ¡Haruhiro!»

«¿Qué?» Haruhiro respondió.

«¡Incluso tú piensas lo mismo! ¡No mientas! ¡Hey! ¡Te estoy hablando! ¡Di me qué es lo que realmente piensas!»

«Ya te lo dije muchas veces.» Haruhiro tomo de su propio tarro. «Yo solo la aguantó. Pero no estoy de acuerdo contigo.»

«¡Deja de usar frases difíciles de entender! ¡Tú solo la estas defendiendo porque ella es caliente!»

«Eso no tiene nada que ver con ello.»

«¡Tú eres muy blando con ella! ¡Tú eres muy blando con todas las mujeres! ¡De una forma muy blando!»

«No lo hago a propósito, pero lo admito, incluso tú no puedes oponerte a ella. Tú hablas sobre ella así a su espalda, pero no dices nada en su cara.»

«¡Como si pudiera!» Ranta se inclinó hacia delante, bajando la cara en la mesa. «¡Ella me asusta como el infierno! Esos ojos, esa voz, ¡maldito miedo! ¡Eso me hace querer llorar!… ¿Está bien llorar?»

Mogzo lo golpeó gentilmente en el hombro. «No llores Ranta…»

«¡Deja me!» Ranta aparto la mano de Mogzo lejos. «¡No trates de consolar a un hombre! ¡Un hombre no busca ser consolado! ¡Es solo muy patético! ¡Yo soy un hombre! ¡Un hombre hombroso! Yo soy un… un…»

Haruhiro suspiró. «Solo déjalo ser Mogzo. Él solo está siendo su yo usual. No habrá un final con el si te preocupas por el cada vez.»

Siempre desde aje Mary se unió al equipo, Ranta, Mogzo y Haruhiro había hecho un hábito de visitar Sherry después de que regresaban de la vieja ciudad Damroww. No era como si cualquiera de ellos buscara tomar, o algo así, pero sin una distracción al final del día, ninguno podía dormir bien, y nadie buscaba regresar a trabajar al día siguiente.

Cervezas eran descontadas a tres cobres el tarro para miembros contratados en Crimson Moon, pero al ser un mero aprendiz, tenías que pagar los cuatro cobres. Aunque Haruhiro solo tenía un tarro cada vez – dos tarros a lo mucho – él se dio cuenta de que aún era un desperdicio de dinero.

Sus ganancias eran solo la mitad – o actualmente cerca de un tercio – de lo que eran cuando Manato estaba con ellos. Ahora, los días cuando todos podían guardarse sólo una plata cada uno no eran raros. Haruhiro sabía que debía guardar su dinero, él lo sabía, pero…

Contando la cantidad depositada en Yorozu, todo el dinero que Haruhiro tenía llegaba a ser alrededor de 17 platas. Los contratos de Crimson Moon costaban 20 para comprarlos, por lo que el necesitaba al menos un poco más antes de poder ser un miembro completo de Crimson Moon. Aunque esto no necesariamente significaba que él podía comprar uno en el momento que alcanzada las 20 platas. Sin tener al menos 30 platas en mano, pagar 20 de golpe no era prudente. Aunque habría sido agradable, si el comandante Bri los dejara pagar un poco cada vez.

«Soldados de la fuerza de reserva. Crimson Moon…» Haruhiro susurró, mirando alrededor de la taberna.

Todos en el cuarto vestían con mejor equipo que ellos. Haruhiro estaba seguro aje la mayoría vestía  su armadura preciosa en la taberna para cuidarla de que fuera robada mientras estaban tomando, y la mayoría de ellos tenían espadas que parecían costosas colgando de sus cinturones. Sin mencionar ropa elegante bajo su armadura, también. La diferencia entre el grupo de Haruhiro y ellos era claramente obvia.

«Lo sé.» Ranta se encorvó torpemente en frente, hasta que su barbilla descanso en el borde de la mesa. «No necesitas decirme, Haruhiro. Es el contrato, ¿correcto? Pero no es como si nuestra meta es comprar el contrato de Crimson Moon más. ‘Convertirse en un miembro o no, no me importa más’ es lo que tú estás pensando.»

«Yo no sé qué pienso,» dijo Haruhiro, «sobre tener palabras puestas en mi boca por ti.»

«Grosero. ¿Estas pidiendo una paliza?»

«Pido disculpas.»

«No solo pidas disculpas así. El argumento nunca llegara a alguna parte de esta manera. Pelea conmigo más, estúpido.»

[n/t: no se si ya explique esto pero cuando Haruhiro se refiere a que es/actúa el hombre recto/correcto se refiere a que interpreta la parte del Tsukkomi en un Manzai mientras que Ranta por lo general es el Boke (hombre divertido)]

«Mocoso molesto.»

«P-pero…»  Mogzo dejó escapar un profundo suspiro. «Tengo el sentimiento que nosotros perdimos de vista nuestro objetivo. No era como esto antes.»

«Tal vez por lo que, entonces,» dujo Ranta. Él inclinó su cabeza a los lados por lo que un lado de su cachete estaba plano sobre la mesa. «Las cosas han cambiado tanto, solo porque Manato se fue.»

De repente Haruhiro se encontró indignado. Fallando en resistirse, el golpeó, «deja de decir ‘solo porque’ como si no fuera un gran asunto. Es un gran asunto.»

«Yeah.» Ranta asintió hacia los lados. «Mi culpa»

«…No es de ti el disculparse inmediatamente.»

«Mocoso molesto.»

Haruhiro buscaba golpearlo, pero decidió que un chico como Ranta no valía el esfuerzo de levantar el puño, o incluso encresparse.

“Metas, he.” Haruhiro miró alrededor de la taberna una vez más. Sus ojos de repente miraron a una cierta persona, y hay estaba de repente un apriete en su pecho.

“Renji…”

Mientras Haruhiro y los otros ocupaban una mesa en una oscura esquina en el primer piso, el equipo de Renji se sentaba alrededor de un agradable, brillante mesa cerca de la esquina de servicio. Por supuesto, la mesa no era en sí agradable; era solo que el grupo de Haruhiro nunca podría sentarse en un lugar que los hiciera tan sobresalientes. Algo que haces con rango, importancia, la ley del más fuerte…

«Whoa.» Ranta finalmente notó el grupo de Renji. «Maldita muestra, ese Renji.»

Mogzo, luciendo cono si él hubiera sido reprendido en lugar de Renji, doblo su cuello para mirar, también. “Wow.”

Ranta y Mogzo ambos están justificados en sus reacciones. Como si el cabello blanco no fuera suficiente atractor de miradas, Renji vestía una surcoat alineada con piel sobre su armadura. La espada gigante descansando sobre la mesa era igual de impresionante, y esto hizo a Haruhiro preguntarse como Renji logró adquirirla. Tenía que haberla comprado, él debió pagar una buena moneda, y si él no lo había hecho, Haruhiro se preguntaba donde en el mundo pudo encontrarla.

No solo era Renji que estaba espléndidamente vestido. Corte desordenado Ron, sentado después de él, estaba vestido con una armadura magnífica, y chico lentes Adachi estaba en una larga, oscura túnica que mostraba con destello su alto precio de etiqueta. Sassa estaba escasamente vestida en una forma que le recordaba a Haruhiro a su Maestra Barbara – llevándolo a creer que ella también se había convertido en un ladrón. Sassa, hermosa desde el comienzo, ahora era seductora para arrancar.

Sentado por los pies de Renji estaba Chibi, cuyas túnicas marcaban inequívocamente que ella era un sacerdote, pero que, a diferencia de lo que Manato o Mary vestían, estaba hecha de fino material y terminada con acabados a los costados.

“Aunque ellos son novatos…. ¿Verdad?” Ranta miró confundido. “Ellos llegaron al mismo tiempo que nosotros lo hicimos, se unieron a Crimson Moon al mismo tiempo, ¿Porque hay una gran diferencia entre nosotros y ellos?”

Aparentemente, no importaba que alguien fuera un miembro completo de Crimson Moon o un aprendiz; todos aquellos quienes se habían unido recién eran considerados “novatos”. Pero nadie quien viera al equipo Renji podría haber considerado que fueran novatos, y alguien que lo hiciera se llevaría una desagradable sorpresa.

Era una noche imposible para alcanzar al equipo Renji, Haruhiro lo admitió para sí mismo. Si ninguna cosa, la brecha entre ellos solo crecería más profunda; el equipo de Haruhiro permanecería hasta lo más profundo, el pequeño pececillo entre los pequeños pececillos, mientras Renji subía más y más alto. Pronto, todo el mundo conocería al equipo Renji como el mejor, y si pasaba que ellos se encontraban con Haruhiro en algún lugar del campo de batalla, Renji podría incluso no notar que existía. Haruhiro y los otros podrían ser olvidados por toda la atención caída en el equipo Renji.

Si Manato no hubiera muerto, ¿podrían las cosas ser diferentes? “Nosotros nía hemos convertido en un buen equipo,” Manato había dicho, con un significado genuino. Manato de vez en cuando venía a Sherry, por lo que él debía saber que tan bien le iba Renji. ¿Manato había nunca sentido se frenado? ¿Decepcionado? ¿Frustrado? Quizás Manato había pensado, ‘Renji está avanzando alto y más alto. ¿Y qué he estado haciendo? Si solo tuviera mejores compañeros… ’ Manato era un humano después de todo, por los que ese pensamiento debió haber ocurrido en él, incluso si sólo en una esquina de su mente.

¿Porque Renji no invito a Manato a unirse a su equipo en el inicio? Manato era más que capaz de contribuir. Si Manato hubiera estado con el equipo Renji, ellos podrían ser incluso más formidables. Si Manato estuviera con el equipo Renji entonces seguramente… Seguramente él podría aún estar vivo ahora.

“¡Hey! ¡Hey!” Ranta estaba empujándole su brazo.

Haruhiro no se había dado cuenta que su mirada había estado en el piso. Cuando él levanto su cabeza, un hombre con cabello plateado estaba mirando hacia abajo a él. Él casi grito por la sorpresa.

“Escuche que Manato mordió el polvo.” baja y ronca, la voz de Renji no era algo fácil de olvidar.

“Es-” Haruhiro empezó, pero se detuvo, inseguro de que buscaba decir. ¿Esto? ¿Este? ¿Ahí? ¿Qué? Finalmente, “¿Qué es esto a usted?”

Sin expresiones como siempre, tendió la mano apretada y, abriendo sus dedos, dejo caer algo. Haruhiro atrapo el objeto sin pensarlo. Cuando él miró, vio que era una moneda.

Mogzo inhaló tan fuertemente que  él por poco cayó de espaldas sobre su silla. Los ojos de Ranta se abrieron tanto que ellos casi se salen de sus cuentas; él miró como si buscara decir algo, pero estaba perdido de palabras. La maní de derecha de Haruhiro, la mano en la que la moneda estaba ahora descansando, empezó a temblar.

Por supuesto, no era falsa, por lo que esta sería la primera vez que alguno de ellos ponía sus ojos en una cosa real.

“¿un oro?”

“Mis condolencias. Toma esto,” Renji dijo, con desdén, y después giro sobre sus talones para caminar lejos.

“…N-n-no líes… No…” Haruhiro se levantó abruptamente, y el sintió sangre correr por su cabeza.

Haruhiro buscaba seguir a Renji, para golpearlo con toda su fuerza. Pero él no lo hizo. No había manera de que él pudiera. Al final, cuando él lo alcanzó, Haruhiro dijo, “R-Renji! ¡Espera! ¡Espera un momento! ”

Renji finalmente se detuvo, volteando en consideración a Haruhiro con una expresión claramente indicando inconveniencia. “¿Qué?”

“Es… Es…” Haruhiro tragó. Renji era malditamente espantoso. No era normal para una persona ser tan intimidante. “Es solo que… Yo pienso que deba aceptar esto… Es solo… Se siente mal.”

“Ya veo.” Renji estrecho su mano, con la palma arriba.

¿Esto era todo? Haruhiro había pensado que Renji tendría más que decir. Pero él ni lo tenía. Tal vez era mejor de esta manera; Haruhiro respiro una largo suspiro de alivio, tan largo que se sentía como un digno tiempo de vida, y colocó la moneda de oro de vuelta en la mano de Renji.

Fue solo después que él se retractó de ello. Solo un poco. Era un oro que él había regresado. El equivalente a 100 platas.

Renji se había ido después de esto, diciendo nada más después de reclamar la moneda. Cuando Haruhiro regreso a la mesa, Ranta inmediatamente lo asaltó.

“¡¿HARUHIRO, QUÉ TAN IDIOTA ERES?!” Ranta lo criticó. “¿Por qué se la regresaste? ¡Hubiera estado bien quedarse la! ¡Nosotros podíamos dividirla incluso entre los tres, 33 para ti, 33 para Mogzo y 34 para mí! ¡¿ERES UN RETRASADO?!”

“¿Por qué tu casualmente mantienes la plata extra?” Haruhiro remarcó.

“¡Porque yo soy yo! ¡Qué maldita pérdida! ¡Nosotros podríamos comprar nuestros contratos con eso y tener suficiente de sobra!”

“Pero esto es…” Las cejas de Mogzo se arrugaron, y las esquinas de su boca se fruncieron. “Yo no pienso que eso sea una buena cosa. Si nosotros compramos nuestros contratos con el dinero de Renji, no creo que eso hiciera a Manato estar orgulloso de nosotros.”

“¡Como puedes saberlo!” Ranta respondió. “¡Él no está más aquí! ¡Nosotros tenemos que mirar ahora por nuestra cuenta! ¡MALDITA SEA! Esa era una de ORO. Y ese Renji solo la soltó como si no fuera nada. ¿Cuántas de estas él tiene? ¡A mí solo me quedan tres platas!”

“¿Qué? ¿Solo tres?” Haruhiro miró fuerte a Ranta y su cabello desordenado. “No hay forma… ¿Por qué tienes tan poco? ¿En qué has estado gastando tu dinero?”

“¡Cállate! En esto y aquello ¿okay? ¡Esto y aquello! ¡Yo puedo usar mi dinero en lo que yo quiera!”

“Entonces nunca guardadas suficiente para comprar tu contrato.”

“¡Tú no tienes derecho a decir esta mierda! ¡Tú arruinaste mi mejor oportunidad de comprar mi contrato justo ahora!”

“No…” Haruhiro coloco ambos codos en la mesa y planto su cara en sus manos. “Nosotros no podemos seguir así. Esto no tiene nada que ver con manato. Es nuestro problema. Es justo como tu dijiste, Ranta, Manato no está aquí más.”

Ranta se burló. “He estado pensando eso todo este tiempo.”

“Haciendo nada pero pensándolo,” Mogzo dijo, con inusual fuerza. “Tú no puedes solo pensarlo. Tú necesitas tomar acción y hacer algo sobre ello.”

“…Nosotros somos un desastre.” Haruhiro mordió su labio inferior. “Y no es solo Mary. Yume y Shihoru han dejado de hablarnos. No era como ahora antes.”

 Ranta puso sus mejillas en sus manos y volteo a un lado. “¿Intentar arreglar nuestra relación con ellas? No funcionará. Es de alguna forma muy tarde ahora. ”

Haruhiro no sabía su funcionaria o no. Todo lo que él sabía era que él tenía que intentarlo.

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